El Poder del Fénix: Regreso y partida, por Paloma F. Cabrera
Por alusiones, recojo el guante lanzado por Juan M. Belinchón y ahí va la réplica con mi experiencia. Tanto es así que incluso voy a parafrasear el título de El Hobbit, utilizado por él en la entrada que precede a esta y en la que cuenta sus vivencias a la hora de sacar adelante nuestra segunda novela de fantasía, El Poder del Fénix.
Entre El Despertar y El Poder del Fénix han pasado siete años. Tiempo en el que no solo nos hemos dedicado a escribir, sino también a promocionar la primera novela. Los que seguís esta página bien sabéis la de tumbos que hemos dado por esos mundos de Dios.
Después, cuando la cosa se serenó, volvimos a escribir. Y ya sabéis lo pesados que somos, así que, si El Despertar fue revisada incontables veces, esta ha sido releída y corregida algunas más. Para mí, escribir no es solo darle a la tecla, es ponerse con la escaleta, dejar reposar el manuscrito una vez acabado, revisarlo pasado un tiempo, para que se asiente en tu mente y en tu corazón, liarse con la corrección ortotipográfica, etc. Es una tarea global y completa que llevada a cabo entre dos aún se hace más larga. Encima, si das con una ilustradora que te retrasa todo el trabajo final casi un año, pues el proceso resulta interminable. Por todo ello, por querer esperarnos, animarnos, y preguntarnos continuamente por la segunda parte de El Despertar durante todo este tiempo, os doy las gracias. Unas gracias infinitas, sois la caña.
Por si esto fuera poco, nosotros también hemos cambiado, es normal, han sido siete años. Pero, pese a las paradas y transiciones, cada vez que retomábamos el manuscrito sentíamos que era una gozada, que se notaba la diferencia cualitativa con El Despertar, que se leía solo (a veces iba solo a revisar cursivas y terminaba leyéndome capítulos enteros de nuevo) y lo disfrutábamos un montón. Algunos ya lo tenéis en vuestras manos, ya veréis como la espera ha merecido la pena. Es lo menos que podíamos hacer; hacerlo lo mejor posible.
El capítulo más amargo de este tiempo ha sido la pérdida de personas, amigos y familiares, que estuvieron presentes y apoyando El Despertar desde el primer momento y a los que echamos, y vamos a echar, mucho de menos, en El Poder del Fénix. Caray, habéis sido muchos y todos buenos, como suele pasar. Contamos con vuestra gente, sí, pero un cachito de nosotros se ha ido con vosotros. Aunque bueno, también hay una parte buena: los niños de entonces son ahora adolescentes y van a poder leer la novela sin problemas. Sabia nueva.
Por último, Juan. Esa persona que ha sabido darme el tiempo que he necesitado sin perder los papeles. Que ha tenido más temple que yo ante ciertas situaciones. De la que me retroalimento a la hora de escribir. Cabezón como el que más, pero su tozudez ha sacado lo mejor de mí como profesional y eso es algo que nunca le podré agradecer suficiente. Aunque en algunos asuntos pensemos y estemos a años luz el uno del otro, a la hora de escribir no resulta difícil compenetrarse con alguien así. Gracias, Juanito.
Y sin más, os dejo los enlaces de compra de Amazon. No lo echéis a la cesta, directamente comprar y así nos sacamos un mínimo porcentaje más. Disfrutad de él, es una perita en dulce.